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RODRIGO D: NO FUTURO

ACTUACIONES

 

 

Ramiro Meneses, quien interpreta a Rodrigo, no es del todo ajeno al papel que desempeña en la película, él es un joven que ha convivido en este entorno hostil y difícil por el que pasan la mayoría de los jóvenes de la ciudad a finales de los ochenta. Su actuación e interpretación del personaje se destacan por sus gustos a la música con la que caracteriza toda su personalidad a lo largo del film, donde su faceta de joven rebelde y contradictorio hace énfasis en la vida cotidiana de este grupo de jóvenes habitantes de las lomas de la ciudad. Rodrigo y los demás jóvenes interpretados son el reflejo de la realidad social y cultural por la que pasa Medellín en ese entonces. Una ciudad marcada por la violencia, las drogas y las pandillas, donde la única salida para algunos de estos, es la delincuencia y un estilo de vida callejero en el que la ley del más fuerte impera en cada rincón de estos barrios marginados.

Todo el conjunto de actores además de darle vida a los personajes en este contexto marginal de la vida en los barrios y las pandillas, tiene sus propias vivencias y son parte de esta vida, con la cual crecieron y en las que se vieron obligados a estar gracias a la desigualdad que la sociedad medellinense se atropellaba en este momento. Estos jóvenes desde muy chicos vivieron en carne propia el flagelo de las violencia y sus súbitas consecuencias, en los diversos aspectos los cuales marcan la película y le dan un corte, si se quiere, más documental y realista en cuanto a que los hechos pasan con algo de naturalidad porque en realidad los actores solo recrean lo que viven día a día en su entorno social. Es así como esta naturalidad con la que los actores se envuelven en la historia hace parte de la cotidianidad de un sin número de novenes que se ven sumergidos en este abismo de la marginalidad y el desconsuelo de no poder salir de allí, de sentir el no futro que no esperan y al cual no llegaran. “De la vida no esperan nada más que lo que viven y cuentan por el momento y son personas y actores que llevan su vida acuestas como un caracol” (Víctor Gaviria, 1990).

Lo interesante de la utilización de actores naturales en el filme es que estos cumplen con el requerimiento, según Gaviria, de que “pertenezcan al mundo del cual la película trata y segundo, que es un actor documental, un testigo documental que se vuelve actor porque es capaz de improvisar y lo interesante es que improvisa sobre ese mundo, de alguna manera bucea en ese mundo al que pertenece”. De esta manera, estos jóvenes pueden describir y dar a conocer su entorno cotidiano hablando acerca de ellos y de sus compañeros de entorno y de crianza para así poder crear al personaje de un modo fiel a aquellos que se encuentran en este universo callejero que se quiere mostrar, actuando e interpretando sus propias vidas y hechos del pasado, gracias al previo planteamiento del contexto en donde se crea un escenario a los acores y de ahí permitirles que ejerzan su labor sin que se sientan que están actuando, es decir, haciéndolo de manera inconsciente.

Desde las escenas de robos, disparos, riñas y guerra entre pandillas, la realidad de un grupo de jóvenes se entremezcla, en este punto, con la ficción de los personajes representados, en donde los hechos son cotidianos y el drama de estos seres se esconde entre los recuerdos de aquellos quienes actúan, donde más que incentivar la violencia, en el largometraje. Solo se muestra una faceta muy cotidiana del mundo contemporáneo desde otro punto de vista, desde el de aquellos que padecen violencia inhumana que muchos de “los buenos ciudadanos” se resisten a mirar.

Evidentemente, el papel de la música como un hecho enteramente cultural juega un papel clave para la posible comprensión de esta pieza audiovisual, si bien el punk ya es en si un movimiento de protesta y alusión a una vida rebelde y con dependencias a las drogas, también hace parte de una alternativa que permite un escape de la realidad de estos joven a un universo utópico, donde la anarquía y la vida descomplicada reinan

 

 

FOTOGRAFÍA Y CÁMARA

 

A pesar de que todo el largometraje fue rodado en espacios reales y naturales, es decir que no se hace uso de estudios cinematográficos ni montajes especiales, por lo que ese anclaje con el documental se hace evidente y obedece al uso de estos espacios de manera que se revivas lo que allí ocurre cotidianamente y la relación entre estos lugares y los personajes creados. Es por esto que la utilización de estos espacios evidencia un uso particular de la fotografía y la captura de las imágenes, las cuales muestran una Medellín de manera panorámica haciendo uso del plano general reiteradas veces, para con esto contextualizar y dar a conocer el lugar donde ocurre la historia y con esto adentrarnos a los espectadores a este mundo escondido en las lomas de la ciudad que es ajeno a muchos, y que solo pocos han tenido la oportunidad de adentrase de manera real por esos lugares.

Es así, como el uso de estos planos ayudan a desarrollar un panorama en donde se pueden reconocer todos los elementos que hacen parte de este mundo marginal, donde las calles, las cuadras, las canchas de futbol, etc., Forman este entrelazado que solo la cámara, de manera representativa, nos trae a nosotros con el sentido de engancharnos y encariñarnos con la historia; con estos jóvenes que viven su vida de manera rápida y llena de riesgos en comunidades que nos invitan a pensar sobre la vida que se vive en estas casas y callejones. Es la mirada documental hecha de manera natural para representar las escenas que el film cuenta a los espectadores.

Ese estilo de corte documental evidencia planos que traspasan esta categoría con el uso de planos secuencia que dejan ver de manera natural los comportamientos y diálogos muy costumbrista de los personajes que se entremezclan con los paisajes de las lomas que sobresalen por sus barrios y sus calles empinadas, donde la iluminación se destaca por ser mayormente de tipo natural, dando prioridad a las caracteristcas del ambiente para que el espectador se adentre a este mundo de una manera más realista y directa con el entorno en el cual se desenvuelven los personajes. Inclusive en las escenas de noche se puede apreciar la poca iluminación con la que se cuenta, de manera que se hace más verosímil esa relación de la película con la realidad que a ella hace referencia y la cual enfronta la ciudad en sus barrios sobrepoblados. Se trata de dar a conocer no un solo Medellín si no varias ciudades dentro de la ciudad misma.

De este modo para ser más específicos, muchos de los planos de Rodrigo D documentan las condiciones materiales de vida en las comunas. Describen, por ejemplo, tanto el interior como el exterior de las viviendas, varias de las cuales están medio construidas y presentan claros indicios de hacinamiento. La casa de Ramón está sobrepoblada. En una escena, este personaje se ve obligado a ir a otra habitación para intentar dormir debido al intenso ruido provocado por la tos de uno de sus familiares, quien estaba acostado en una cama justo al lado de la suya. Asimismo, en la casa de Chéster, más allá del desorden que Adolfo trata de arreglar para encontrarse con su novia en un ambiente más limpio se puede ver, en un plano más cerrado y detallado, cómo los huecos de los bloques no revocados sirven como cajones improvisados en donde se guardan varias cosas entre cepillos de dientes, siendo esto un indicio de cómo las personas se las ingenian para hacer su vida algo más confortable. La película también muestra la precariedad de los servicios públicos, por ejemplo, la ausencia de agua potable obliga a recoger este recurso vital en tanques o las calles principales si es que están asfaltadas, se hallan en pésimas condiciones, mientras que la mayoría son sólo pequeños senderos por los que caminan los personajes haciendo alarde de gran agilidad.

El hecho de documentar la vida material en estos barrios, sin embargo, no significa que este largometraje ridiculice la pobreza o que su propósito sea escandalizar a la audiencia ni burlarse de la forma en que viven sus habitantes. Gaviria es muy cuidadoso en sus descripciones porque sabe que trabaja con personas que se esfuerzan por tener una vida digna a pesar de la escasez de sus recursos. La película aunque tiene como meta hacer visible la precariedad en las comunas, simultáneamente describe los aspectos positivos tanto de sus personajes como de los ambientes sociales en los que ellos se desenvuelven. Vemos varios planos, y en diferentes tramos del filme, en los que aparecen niños jugando o correteando. Esto es un ejemplo de que no todo es sufrimiento y pobreza, sino que también hay momentos de alegría o esparcimiento.

 

 

MONTAJE

 

 

La forma en como están dispuestas las tomas y los planos en el producto final de la película, deja ver una historia que posee mucho ritmo y movimientos que se representan en las acciones de lo personajes: desde las hazañas en motos y los robos que se hacen en, donde la velocidad es primordial, hasta las balaceras y riñas que hacen que la película sea dinámica de acuerdo con la realidad que se quiere mostrar para lo cual el montaje y la yuxtaposición son necesarias para lograr el ambiente de algún modo violento y acelerado de las cuadras y calles que se sumergen en la delincuencia.

La velocidad con que pasan los planos, asociado a la musicalización y al punk, que sobresale en casi toda las escenas de la película, se genera un ritmo al compás de este género que equivale al estilo de vida rebelde y anarquista de los estos jóvenes que manifiestan su apego por estas influencia de manera de contracultura que irrumpen con la cultura dominante por medio de los grupos juveniles que van camino a la desobediencia.

La yuxtaposición de escenas es característica en la película, por ejemplo, en la parte final donde Rodrigo se erige a aquel edificio para después proceder a saltar de él, y la otra escena donde Adolfo y su combo se disponen a disparar a aquel chico que estaba siendo buscado por la policía. En este punto podemos identificar un montaje de tiempos alternados, en la cual transcurren estas dos acciones que se relacionan entre sí por medio de la figura de la muerte que llega a estos dos jóvenes.

En general el montaje predominante es lineal y deja ver los hechos que transcurren de forma consecutiva y cronológica con elipsis cortas de tiempo de los espacios en cuanto a la continuidad narrativa que presenta todo el film.

 

Los montajes que en algún momento se puede presentar de manera ideológica deja ver las características de los personajes lo cuales son totalmente vulnerables al flagelo de la violencia y la degradación.

 

La película en su mayoría está construida a través de planos pasivos, lentos, que le dan un alargue a la situación y reducen el dinamismo y la acción. en cuanto a la transición, en los cambios de plano y de escenas se enfrentó principalmente al corte directo para cada movimiento, algo simple pero que funciona muy bien en este tipo de cintas. No hay utilización de los flashbacks o forwards para contarla, creando una narración lineal que no juega con los saltos en el tiempo. Se maneja de manera constante lo que es la elipsis, sin mostrar recorridos de viajes, se maneja esta herramienta para que el espectador infiera hechos y cuente recorridos sin tener que mostrarlos.

 

 

GUION

 

La película en términos de guion se presenta como la lucha de un joven por buscar su lugar en la sociedad, no de la manera convencional, sino a través de su música y su rebeldía que lo llevan cada vez más a un estado donde la vida no tiene sentido y lo único importante es sentirse alejado de la rutina. Este joven, Rodrigo, se convierte en su propio antagonista, debido a la ruptura de su equilibrio en la historia gracias a la pérdida de su madre y su inevitable papel de huérfano que lo hace actuar de forma introvertida y algo aislado al resto de una sociedad marginada y sectorizada.

Para referirnos al guion es necesario aclarar que, gracias a su naturaleza documental, la película no se basa en ningún guion en concreto. Solo se acude el texto que elaboro Víctor Gaviria conocido como “el pelaito que no duro nada”. Pese a esto, se puede de manera estructurada, destacar los diferentes componentes que integran un guion para especificarlos e identificarlos de manera que se pueda desglosar mejor la historia que se plasma en el film.

Para empezar con esto, se puede identificar primeramente las primeras escenas y tomas de la película, lo que se entiende como la presentación de los personajes, entre ellos Rodrigo, junto con la contextualización al espectador de los lugares a los que se hace referencia, así como de las condiciones en las que nuestros personajes están llevados a vivir. Desde como hablan hasta la forma como se visten, el tipo de música que escuchan y la manera particular de tratarse entre sí.

De este modo nos damos cuenta de que Rodrigo es un ser muy solitario y retraído, el cual no tiene a su madre, pero vive con su padre y con su hermano menor. En conclusión vive una vida que está constantemente en peligro y rodeado por los asunto callejeros.

A medida que la historia avanza, se proporcionan más detalles acerca de la vida de Rodrigo, el cual casi no duerme, se mantiene callado y deprimido, aunque expresa lo que siente a través de la música (el punk) lo cual hace a manera de critica a la sociedad.

Es así como se evidencia de alguna manera el tipo de conflicto que tiene nuestro protagonista, el cual es consigo mismo su lucha por mantenerse de en una sociedad en donde no se espera nada de los jóvenes, los cuales no quieren dedicarse a aportar nada a esta, sólo quieren ser rebeldes y defender su causa.

Rodrigo al verse arrinconado por no tener los medios para salir a delante con su música, en especial con  ser baterista, se ve más acorralado y se deprimen mucho más, se empieza a sentir más vacío y ya no se le ven ganas de vivir.

De este modo su única opción y como punto climático de la historia su única vía de escape, es el suicidio lo cual comete y genera un punto dramático importante que deja ver el desconsuelo y el desasosiego de una sociedad de la cual ya no hay más futuro ni esperanzas de seguir.

"Nadie sabe qué hay detrás de esta cara de gonorrea". Carenada .

"Desde arriba, el barrio parece una mancha de grasa quemada, una parcela de neumáticos y camiones, un punto negro en Medellín. Cuando lo caminas te das cuenta de que la parcela está inundada de emboladores sin camisa, vigilantes sin bolillo, bebés sin cuna, prostitutas desdentadas, mecánicos, jíbaros, campaneros, sicarios, viejas lavanderas y chatarreros compradores de bazuco".

Libro: El pelaito que no duro nada, Victor Gaviria

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